El Cairo.- El arresto domiciliario este jueves del vicepresidente primero de Sudán del Sur y líder de la oposición, Riek Machar, es el último estacazo al acuerdo de paz que deja al país al borde de regresar a una guerra civil, de la que han intentado durante años pasar página.
El reparto de poder en el acuerdo de paz de 2018 entre el presidente sursudanés, Salva Kiir, y Machar, se ha ido deshaciendo en las últimas semanas en medio de fuertes tensiones y combates en el norte del país entre las tropas gubernamentales y la milicia denominada Ejército Blanco, originalmente vinculada a la oposición armada.
Pero, ¿qué ha ocurrido hasta llegar a esta situación? ¿Hay alguna posibilidad de que se resuelva y no derive en una guerra civil?¿Cómo empezó esta escalada?
El pasado 4 de marzo, la ciudad de Nasir, en el estado septentrional de Alto Nilo, se convirtió en escenario de combates entre las tropas gubernamentales y el Ejército Blanco.
Todo empezó cuando el Ejército Blanco atacó una guarnición de las fuerzas gubernamentales en Nasir y secuestró a decenas de soldados, una acción que desencadenó una ola de detenciones en Yuba, la capital de Sudán del Sur, contra altos cargos estrechamente relacionados con Machar.
El 7 de marzo, combatientes del grupo armado abrieron fuego durante una operación de evacuación de la ONU en esa zona, que provocó la muerte de decenas de soldados y de un miembro de la tripulación de Naciones Unidas, que denunció que había recibido garantías tanto del Gobierno sursudanés como de la oposición de que la operación de rescate no conllevaría ningún riesgo.