Un informe desclasificado el 17 de marzo de 2025 ha vuelto a poner en el centro del debate histórico la participación de agencias extranjeras en eventos clave de la República Dominicana.
Este documento, fechado en 1963, confirma que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tenía conocimiento previo del complot para asesinar a Rafael Leónidas Trujillo Molina el 30 de mayo de 1961.
Los archivos recientemente divulgados evidencian que la agencia de inteligencia estadounidense no solo estaba al tanto del plan, sino que también proporcionó armas a los involucrados por medio de la embajada de EE. UU. en Santo Domingo.
Esta asistencia material se confirmó en los registros, consolidando la idea de una implicación indirecta de la CIA en uno de los hechos más trascendentales de la historia latinoamericana del siglo XX.
Entre los datos revelados, se especifica que las armas utilizadas en el magnicidio fueron entregadas directamente por personal vinculado a la embajada estadounidense en el país.
Personajes clave en la ejecución de Trujillo:
uno de los personajes clave en la operación fue Lorenzo D. Berry, conocido como “Wimpy”, quien fungía como intermediario entre los conspiradores y la embajada de EE. UU. en Santo Domingo. Su rol en la coordinación y comunicación con la CIA ha quedado claramente expuesto en los documentos oficiales.
Asimismo, los informes señalan que la esposa de “Wimpy”, también de nacionalidad estadounidense, desempeñó un papel fundamental en la conspiración.
Se encargó de gestionar la entrega de armamento a los involucrados, asegurando que tuvieran los recursos necesarios para ejecutar el atentado contra Trujillo.
Los registros oficiales y fuentes gubernamentales recopiladas a lo largo de los años refuerzan la evidencia de que la CIA estaba plenamente informada sobre los acontecimientos previos al asesinato y que tuvo una participación indirecta en la planificación y suministro de recursos.