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¿Preferirías luchar contra un pato del tamaño de un caballo o contra cien caballos del tamaño de un pato?. La pregunta, que presenta la disyuntiva entre cantidad y calidad, es trasladable a la biología evolutiva, que selecciona siempre lo mejor para cada especie.

Según un estudio publicado este viernes en Science Advances, en la mayoría de colonias de hormigas, la evolución prioriza la cantidad por encima de la calidad, es decir, prefiere fabricar un gran número de obreras con exoesqueletos más frágiles o vulnerables pero metabólicamente 'baratas' de producir, que menos cantidad de hormigas más resistentes y poderosas.

El estudio concluye que elegir cantidad frente a calidad ha sido una estrategia evolutivamente exitosa en una gran cantidad de colonias de hormigas y arroja luz sobre qué les ocurre a los individuos cuando las sociedades complejas, como las humanas, evolucionan.

"Hay esta pregunta en biología sobre qué les pasa a los individuos a medida que las sociedades en las que se encuentran se vuelven más complejas. Por ejemplo, los individuos pueden volverse más simples porque las tareas que un organismo solitario necesitaría completar pueden ser manejadas por un colectivo", explica el autor principal Evan Economo, jefe del Departamento de Entomología en la Universidad de Maryland (Estados Unidos).

Parte de esto se debe a que los individuos pueden volverse "más baratos", lo que significa que son más fáciles de producir en mayor número, pero individualmente menos resistentes, como ha demostrado el estudio con el análisis a gran escala de insectos con cierto orden social como las hormigas

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