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El olor fétido y penetrante a materia fecal que brota del agua inunda los hogares del sector Guachupita, en el Distrito Nacional.

Al caminar por las calles del populoso barrio, ubicado en la zona norte de la ciudad de Santo Domingo, quienes residen allí se ven obligados a tapar sus narices debido al hedor constante en el aire.

Las viviendas, a las que se suman más de 44 edificios construidos durante la administración del doctor Joaquín Balaguer entre 1966-1972 y 1986-1996, poseen un sistema cloacal de más de 30 años en estado “inservible”.

Hoy, el descontento es palpable en los munícipes, quienes ya no sienten vivir en confortables edificaciones, sino entre aguas, suciedad, lodo, heces y basura descompuesta generada por la cantidad de aguas cloacales desbordadas.

Según testimonios de comunitarios, llevan desde el 2020 realizando múltiples reportes ante la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) y la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN), sin que hasta el momento hayan intervenido la zona con carácter de urgencia.

Agustín Ortiz, de 66 años, expresó a reporteros de LISTÍN DIARIO que la situación en Guachupita empeora cada día. “Es un mal olor terrible. Lo que estamos respirando día a día es agua inmunda. Agua de mierda”, dijo.

Residentes en Guachupita explican que los filtrantes tapados han provocado el desborde de aguas contaminadas en las calles, patios y directamente en los hogares a través de inodoros y fregaderos, situación que los mantiene en condiciones de insalubridad.

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