El Seguro Nacional de Salud (Senasa), de propiedad estatal, ha estado en la palestra desde hace dos semanas, y no precisamente por mejoras en la cobertura médica de sus afiliados, sino por la situación de déficit que atraviesa en sus finanzas, una problemática que ha sufrido en otras ocasiones, pero que en la actualidad es más pronunciado.
La ARS Senasa contaba, al 31 de marzo de este año, con 7,600,918 afiliados en los diferentes regímenes, equivalente al 70.6 % de la población dominicana.
De esta cantidad, el 75 % (5,700,688 personas) pertenecían al régimen subsidiado, destinado por ley a proteger a desempleados, discapacitados e indigentes y el cual es financiado fundamentalmente por las aportaciones del Estado.
Los asegurados al régimen subsidiado registraron un aumento del 45.5 % entre agosto de 2020 y diciembre de ese mismo año, producto de una política del primer gobierno de Luis Abinader para afiliar a dos millones de ciudadanos a Senasa, pasando durante ese período de 3,958,495 a 5,762,249.
Este aumento de afiliados subsidiados provocó un faltante de 2,381.5 millones de pesos en 2024 en la aseguradora, de acuerdo con estadísticas de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril), del que se infiere que una parte de ese monto fue cubierto con los beneficios aportados por el régimen contributivo, totalizando un déficit de 2,077.9 millones de pesos.