En el primer trimestre de este año, el Senado ejecutó más de RD$30 millones mediante compras menores y adjudicaciones por debajo del umbral, sin una sola licitación pública registrada durante todo 2024 y apenas una publicada hasta marzo de 2025.
Algunos de los gastos más llamativos incluyen:
Papelería de lujo: La oficina senatorial de Santiago, bajo la dirección del senador Daniel Rivera, adjudicó más de 256 mil pesos en papelería institucional con escudo en pan de oro.
Decoración costosa: En julio de 2024 se destinaron casi RD$1.3 millones a confeccionar 11 cortinas para el Salón de la Asamblea, con costos unitarios que superan los RD$114,000.
Gastos festivos fuera de temporada: En enero de 2025 se aprobaron más de RD$500,000 en chocolate, jengibre y galletas para compartir navideños, adjudicados a una sola empresa.
Arreglos florales y mobiliario ejecutivo: Durante el primer trimestre, se compraron sillones ergonómicos y flores para el comedor senatorial por más de RD$700,000.
En materia de personal, aunque el Senado cuenta con 34 senadores, la nómina mensual incluye 2,239 empleados fijos, con un gasto mensual superior a RD$93 millones en sueldos. Dentro de la estructura se destacan 61 asesores, varios sin funciones claras, y casos que levantan sospechas de nepotismo.
También se registraron más de 40 procesos de reparación de vehículos de alta gama, como Toyota Prado, Land Cruiser y Chevrolet Tahoe, sin información pública sobre la cantidad de automóviles disponibles o su distribución.
En conjunto, estos datos revelan una estructura de gasto que prioriza la comodidad institucional sobre la austeridad, en un contexto donde sectores como la Mujer, Juventud y Administración Pública operan con presupuestos considerablemente menores.
El Senado tiene funciones legislativas, de representación y fiscalización. Pero también una responsabilidad con la transparencia. Y hoy, más de una década sin auditoría, sus patrones de gasto merecen un escrutinio más riguroso.