Las hormigas son capaces de amputar las extremidades de sus compañeras en un intento por salvarles la vida. Ese es el resultado que plantea una nueva investigación publicada en la revista Current Biology, donde se muestra que además de los humanos, estos insectos son los únicos que también practican la amputación como un tratamiento médico eficiente.
De acuerdo con Erik Frank, uno de los autores del estudio, las hormigas pueden diagnosticar heridas y, según la ubicación de estas, adaptar el tratamiento para maximizar las posibilidades de supervivencia de los heridos.
Las hormigas médicas
El grupo de estudio de Frank ya ha investigado hormigas en el pasado, específicamente las cazadoras de termitas en los trópicos, que son capaces de reducir la tasa de mortalidad entre ellas al tratar sus heridas con secreciones que previenen infecciones gracias a una glándula especial.
Sin embargo, en esta ocasión, se estudió a las hormigas carpinteras de Florida, conocidas también como Camponotus floridanus, que viven en madera podrida y luchan contra sus rivales para defender su hogar, en las que no existe esta glándula.
Al estudiarlas, se descubrió que estas hormigas eran capaces de cortar las patas de sus compañeras heridas durante sus batallas, similar a como lo haría un cirujano en la época de la Guerra Civil, para maximizar la probabilidad de supervivencia de los afectados.
Tras observarlas al detalle, se concluyó que si una hormiga herida le "mostraba" su pata a una compañera de nido, esta lamía la herida y procedía a morder la articulación por varios minutos hasta cortarla.
Esto era un patrón claro, pues las que recibían una amputación de una compañera sobrevivían, mientras que aquellas que se mantenían alejadas de sus compañeras y no recibían un "tratamiento", morían con mayor frecuencia.
Para comprender mejor cómo ayudaban a las hormigas estas amputaciones, los científicos infectaron a propósito heridas abiertas en las patas de las hormigas con algunos patógenos, con esto descubrieron que las amputaciones impedían que las infecciones se propagaran y fueran mortales. Frank replicó quirúrgicamente estos casos, obteniendo resultados similares.
Más descubrimientos
Durante sus estudios, los investigadores también encontraron otros comportamientos. Las hormigas únicamente amputaban cuando la herida se encontraba en la parte superior de la pata, es decir, en la mitad más cercana al cuerpo, pues las ubicadas en la parte inferior no ameritaban este tratamiento para ellas, aunque sí el que lamieran las heridas.
Tras descubrir esto, el equipo de Frank realizó algunas amputaciones en las hormigas con heridas en la parte inferior de las patas infectadas, observando que los insectos siempre morían.
Para buscar respuestas, los científicos estudiaron la anatomía de las piernas de las hormigas, descubriendo que los músculos de la parte superior de la extremidad son los que ayudan a mover un líquido parecido a la sangre a través de su cuerpo.
Estos se dañan cuando se produce una lesión en la parte superior de la pierna, o dicho de otra forma, hace que las bacterias y patógenos en una lesión en la parte superior se propaguen más lentamente que en una lesión en la parte inferior de la pierna.
No se trata de una "habilidad especial"
A pesar de los resultados, algunos investigadores que no participaron en la investigación indicaron que este tipo de comportamiento no es muestra de que las hormigas tengan algún tipo de capacidades cognitivas especiales.
Por ejemplo, Daniel Kronauer, de la Universidad Rockefeller, mencionó que esto se debe a que han evolucionado durante miles de años, por lo que están "programadas" para reaccionar a distintos tipos de lesiones de forma determinada.
Además, Clint Penick, un investigador de insectos sociales de la Universidad de Auburn, indicó que los humanos suelen pensar que su medicina es excepcionalmente sofisticada, cuando este tipo de tratamientos también se encuentran en las hormigas comunes de jardín.
De acuerdo con Penick, las hormigas también cuidaban a otra cuando tenía una lesión en la parte inferior de la pierna que no podía tratarse con amputación, aplicando otro tipo de secreciones antimicrobianas que también les ayudaban a aumentar sus probabilidades de sobrevivir.
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